Así te veo y así te siento:
"Desde su origen, el paisaje de tu alma tira al azul del cielo, resplandeciente, y los trazos más blancos diluidos en el firmamento como en el agua que avanza y cae sonora por lo alto del declive, en cascadas que arrullan, calman, reintegran a la naturaleza. Fundidos en tu alma, instintos sacros y maternos: acoges rostros en penumbra con el dolor de pasos errados o enfermedades que confunden el sentido de fe.
Aunque aquí en la tierra tu alma que alumbra y tu destino sean pasajeros, en cada lugar llenas de esperanzas y das voz a quien no la tiene. Es Dios quien habla por tu medio, aún a quienes con desconcierto y dolor vivimos y en ocasiones dudamos, indicio vehemente de tu santidad."
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