evangelista, catequista, apóstol, misionera

Louis Welden Hawkins,  Los halos, 1894

Despierta el alma y sólo recuerda lo que aparentemente fueron visiones 
al acercarse a la laguna seca y escribe: 

Te veo vestida en el aura de los santos, 

radiante de belleza que sólo se ve en los cielos, 

te veo vestida en el manto sagrado 

que seca las lágrimas tristes de los desamparados, 

te veo entre estrellas y luceros con otros cuerpos celestiales
que al acercarse el día se convierten en mares de bondad.  

Vestida te veo en la sabiduría y riqueza de los Reyes Magos

ofreciendo tu vida al corazón del necesitado, 

te veo vestida en la pasión de Cristo Jesús, 

en oración para aliviar las penas de almas angustiadas, 

te veo vestida en la pureza de la Virgen María, de gracia plena, 

te veo… porque en tí 

cada sentimiento es una caricia, 

cada suspiro, una sonrisa 

y cada momento, un regalo de amor.  

Diario te veo. que al acercarse el día se convierten en mares de bondad.