lunes, 26 de diciembre de 2011

el delta, el mar y el río

Middleton Manigault,
Desnudo (en el bosque), 1913


El eco suave del ritmo vespertino,
placeres que encuentras en tardes soleadas
en víspera de corrientes fluviales,  
lágrimas de una voz que cedió al olvido.

En tu delta desembocan valiosos sedimentos,
recuerdos del alma,
protegen y dan equilibrio a mil pasiones,
intensas emociones en errante torbellino.  
En ocasiones inundas mis ansias con suspiros de amor y besos atrevidos;
estero salado, reflejo de un cielo azul y plácidos encuentros,
e inscrito en mi frente, te quiero... te quise --
Será que el mar ha robado mis ensueños
y su profundidad cegado al destino?



'Te quiero, te amo!', 
y las olas confunden el clamor del desdichado grito.

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