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Henri Gervex, Rolla*, 1878 |
La profundidad de la noche
ha llegado a hacerse río
se derrama la luna estéril
dejándole al puerto su frondosa espuma.
Para el solitario marino que baja de alta mar
este puerto no es más que otro arribo
habiendo partido de las prendas de su hogar.
El burdel es entonces su refugio
para deshojar el tiempo
y desflorar a vírgenes,
las decenas que esperan recompensa
al complacer sus caprichos.
Se olvida de su oración a Madre Stella Maris
a quien pide que ilumine su existencia,
inunde de resplandor su senda
y llene con los destellos de la paz su corazón.
En contraste, esa virgen le protege
y estas vírgenes sin libre albedrío:
el corazón desapasionado con el calor de otros cuerpos,
y el alma ciega que no siente,
son vírgenes recipientes de los frutos del destierro marino.
…y la profundidad de la noche
ha llegado a hacerse río
se derrama la luna estéril
dejándole al puerto su frondosa espuma.
ha llegado a hacerse río
se derrama la luna estéril
dejándole al puerto su frondosa espuma.
Para el solitario marino que baja de alta mar
este puerto no es más que otro arribo
habiendo partido de las prendas de su hogar.
El burdel es entonces su refugio
para deshojar el tiempo
y desflorar a vírgenes,
las decenas que esperan recompensa
al complacer sus caprichos.
Se olvida de su oración a Madre Stella Maris
a quien pide que ilumine su existencia,
inunde de resplandor su senda
y llene con los destellos de la paz su corazón.
En contraste, esa virgen le protege
y estas vírgenes sin libre albedrío:
el corazón desapasionado con el calor de otros cuerpos,
y el alma ciega que no siente,
son vírgenes recipientes de los frutos del destierro marino.
…y la profundidad de la noche
ha llegado a hacerse río
se derrama la luna estéril
dejándole al puerto su frondosa espuma.
* Gervex se inspiró de un poema por Alfred de Musset, 'Jacques Rolla', (1833).
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