miércoles, 14 de diciembre de 2011

secreto tesoro (carnal vs. carno-espiritual)

Luis Ricardo Falero, Encantadora, 1878

Ambulante lujuria, lo carnal le atrae. Se viste de rojo para imaginarse deseada o seductora. Sucede que ciertas veces encuentra a alguien quien la venera como a una virgen que bajó del cielo en esos instantes. La mayoría son hombres de la vida; el éxito, el poder y mujeres atractivas predominan sus preciadas ambiciones. Buscan entre ellas lo más distinguido y codiciado de esa sociedad cerrada. 


Respeto a la mujer, en la superficie parecieran tenerlo. Pero si se considera su capacidad de dar placer a la mujer escogida, dejan mares que desear. Viven esos momentos para su propia satisfacción y al lograrlo, como un deber, fuman un cigarrillo. Ah! la satisfacción de llegar a un climax y creer que consigo llevó a esa mujer del momento al culminante éxtasis. 


Ella por su parte ofrece su cuerpo y su alma sin pensar que existe otro mañana. ¿Por qué tal instinto? ¿Es de reproducción o quizás algun insistencia maternal la que dicta su forma de ser? O es la intensidad de su deseo carnal? ¡La carne y sus impulsos! No hay estímulo más superlativo.


Mas en sí lleva un secreto tesoro, ella también alcanza su climax exhaustivo. Mientras hace el amor, su mente se ocupa con un viejo amor que nunca llegará al olvido. Su amante de tantos años, su perla lágrima que no pudo por siempre tenerla por ser tabú en esas regiones del Pacífico. Cuánto el desprestigio, la deshonra! ¿Qué se hablará entre dientes en tertulias y en los bares de Corinto? Y cómo explicarle al cura su predilección por otra mujer con la pureza y fidelidad de una liturgia sacerdotal? Sólo que han pasado años sin tenerla en su alcoba aunque cada noche su mente peregrina.
Las estelas de las nubes la arrastran por los cielos hasta que llega a su confidencial destino.
No al hombre que ese momento la ama, sino lejos, 
a la mujer que con cariño una noche le dió un lirio encendido.


Y con él un verso:
"Quiero verte con mis sueños 
para que la noche y el día sean lo mismo. 
¿Cuándo llegará el amor? 
La brisa del mar brilla en tus ojos, 
el ópalo noble de tu flor, estrella apasionada, 
siempre adornando lo íntimo de mi corazón. 
Mi adoración, mi destino."

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